domingo, 28 de noviembre de 2010

De por qué he decidido NO votar.

Este tema me escama profundamente desde que cumplí los 18 años (éste es un ejemplo), y es algo que aún dura, porque cada vez que se acercan elecciones tengo que oír la misma cantinela y experimentar esa especie de culpabilidad que quiero erradicar de una vez por todas, así que me voy a tomar la molestia de reflexionar en profundidad sobre mis propios motivos para NO ir a votar a las elecciones al Parlament de Catalunya que se celebran hoy.

VOTAR A UNOS O A OTROS

1. No voy a votar a socialistas porque, aunque confío en su "buena" intención, creo que su política es de parches y apósitos, de una demagogia exagerada y de una falta de rumbo y de visión de futuro que hace que nos quedemos con un país a medias, conformado con la mediocridad y con salir del paso.

2. No voy a votar a conservadores porque, tengan o no tengan una política con rumbo, no comparto sus principios, que todos sabemos que dan como resultado la tendencia a que el pobre sea más pobre y el rico más rico, y lo que es peor, a que la gente crea que tal cosa debe ser así porque así son las cosas (en algunos casos, seguramente la mayoría, por voluntad divina). Tengo en este caso en cuenta que un partido puede incidir en la educación de los ciudadanos, y una educación así me horrorizaría (casi lo hace la actual).

3. No voy a votar partidos con tendencias nacionalistas (ni explícitas ni implícitas) porque el nacionalismo se basa en sentimientos y creencias personales, en el sentido de la identidad. Por esto mismo el nacionalismo no es muy distinto de una religión, y la religión cada uno es libre de practicarla como quiera, y de exteriorizarla cuando y como quiera siempre que no perjudique la libertad de otros, pero imponerla sólo va a dar como resultado alguna especie de dictadura moderna.

4. No voy a votar a otros partidos minoritarios por varios motivos: por sus ideas, por su radicalidad, por ser ramas de partidos mayoritarios, simplemente por ser partidos políticos (ver más abajo), y porque al final, aunque los votase, eso no iba a suponer ninguna diferencia, porque no iban a salir elegidos.

MI VISIÓN SOBRE LOS DIRIGENTES POLÍTICOS Y LOS PARTIDOS EN GENERAL

5. No voy a votar porque ni los partidos que existen ni sus dirigentes actuales me generan ninguna confianza, sino al contrario, me generan desconfianza. He aquí algunos motivos de mi desconfianza:

5.1. Me avergüenza ver cómo se pelean por la pelota los unos y los otros, día tras día, año tras año, conflicto tras conflicto. Todos y cada uno de los partidos que existen representan a una parte de la población, ya sea mayoritaria o minoritaria, y el hecho de que se concentren en desacreditar al otro, y a defenderse de las acusaciones, de centrarse en las diferencias en lugar de sentarse y ver qué es lo que tienen en común para poder reforzarlo (que eso sería lo único que de verdad representaría a todo el "pueblo"), ese hecho, da cuenta de la clase de personas que pretenden gobernar. GobernarME.

5.2. Tengo un enorme desconocimiento de lo que pasa realmente una vez suelto el papelito en la urna. Puede que buscar y encontrar esta información sea en parte mi responsabilidad, pero ¿cuánto tiempo y esfuerzo me llevaría eso a mí, a alguien que ni siquiera está interesado en política? ¿Hasta qué punto valdría la pena? pero sobre todo, ¿cómo comprobar que la información que encuentro se corresponde con la realidad de lo que está pasando, que no hay intereses ni engaños de por medio? ¿Y por qué sólo se esfuerzan en informarme cuándo se acercan unas elecciones? Y cuando se acercan elecciones, ¿cómo sé que esas promesas que hacen se van a cumplir? Demasiadas cosas, pero lo que es verdad es que eventualmente me entero que algún político ha hecho con mi dinero (=mi tiempo, mi esfuerzo, mi vida) algo como gastárselo en trajes, o en viajes en limusina o helicóptero, o cosas peores. Eso es lo que veo, eso es lo que sé de ellos.

5.3. No me siento implicado en política más que cuando llegan elecciones. ¿Por qué? Por coacción, y no sólo porque las campañas políticas que inundan cada rincón actúan como abusivas y masivas campañas de márketing intentando obligarme a decidir entre Pepsi o Coca-cola en un breve periodo de tiempo, sino porque los propios votantes se suman al juego. No sólo son los dirigentes los que forman un partido, también los votantes, y lo que genera en mí desconfianza son las verdaderas razones por las que yo u otro votante decidimos votar a uno u otro partido político. ¿Cuánto hay de buenas y válidas razones en ello y cuánto hay de coacción? ¿Realmente somos libres cuando estamos votando, si tenemos apenas UN día de reflexión tras el bombardeo? Difícilmente puedes decidir con acierto cuando te están empujando a ello. Este quizá sea uno de los motivos principales por los que decido no votar.

6. No voy a votar porque, aunque no entiendo ni de teoría ni de práctica ni de historia política, no soy tonto para ver que la democracia no es tan democrática como se pretende, y no hay líderes políticos que se propongan remodelar el sistema mismo, que es lo que en mi opinión falla. Tengo la sensación de que la política y los políticos tratan de arreglar los problemas del “pueblo”, pero no se dan cuenta que primero tienen que arreglarse a sí mismos (como sistema, como políticos, y en muchos casos como persona). ¿Quién tiene esa tarea, la de revisar las fallas del sistema? ¿Los filósofos acaso? Da igual, porque si se encontraran mejores soluciones, en este juego, deberían ser los mismos políticos quienes decidieran hacer esos cambios, y yo no veo intención alguna en ellos de eso. No lo ven necesario porque “confían ciegamente en la democracia” (cosa de escuela, de adoctrinamiento) y apuesto a que a muchos no les interesarían esos cambios.

¡VOTAR ES UNA CUESTIÓN DE PRINCIPIOS!

7. No voy a votar, porque creo que el acto de votar para que alguien decida lo que es mejor para mí y para el “pueblo” es renunciar a mi derecho a decidir por mí mismo lo que me conviene. Es renunciar a mi libertad de decisión, y cederle la responsabilidad (y por tanto el control) a otro de mi propia vida. Me irrita encontrarme aquí y allá el mensaje de “ESTÁ PROHIBIDO… por tu bien”. Quizá esta razón parezca muy utópica, pero este tipo de conceptos son la base del carácter de una persona, y del carácter derivan la moral y las acciones, tanto privadas como públicas. Creo que cedemos responsabilidades que nos pertenecen, demasiadas, y eso nos hace sentirnos impotentes, inútiles, infelices.

8. No voy a votar porque los argumentos que he oído a favor, o mejor dicho en contra de que no vote (cuando he dicho que no iba a votar) son insuficientes, y algunos hasta insultantes. Por ejemplo:

8.1. “Si no vas a votar, luego no podrás quejarte.” Lo cual no es más que una amenaza, ya que no responde ni a un hecho real ni a un hecho lógico. Si yo doy mi consentimiento a alguien para hacer algo y se equivoca, entonces yo también seré responsable, y entonces sí que no podré quejarme. Si no voto, no le doy mi consentimiento a nadie y puedo lógicamente quejarme lo que quiera (aunque no sirva de mucho).

8.2. “No ir a votar es faltar al respeto de los que lucharon y murieron por la democracia”. Aunque esa sea una alusión a sentimientos más que a razones, también es falsa. No lucharon por la democracia sino por ser más libres. Desde luego la democracia es mejor que una dictadura, pero de libres nada, aún queda un largo camino para eso, si es que eso es posible (que en lo personal creo que sí, aunque no sea la política el camino).

8.3. “Relájate nene, votar es una cuestión pragmática”. Esta respuesta me parece aceptable, porque también es una cuestión pragmática, y no descarto más adelante, cuando quizá tenga otros intereses, otras ideas y preocupaciones, practicar el voto estratégico, para salir del paso escogiendo el mal menor. El problema es que no es solamente una cuestión pragmática, organizativa, sino que también me afecta en lo personal, tanto ahora como en el futuro. Y mi coherencia interna me dice que votar la opción menos mala no es un acto que mejorará la situación, sino que hará que todo siga igual.

LA OTRA OPCIÓN: EL VOTO EN BLANCO

9. No voy a votar porque ni siquiera la opción teóricamente “alternativa” que es el voto en blanco me parece que vaya a solucionar nada. Y no va a solucionar nada porque no significa nada. Votar en blanco puede significar varias cosas: “he venido a votar, pero no estoy contento con ninguna de las opciones” o bien “he venido a votar, pero como estoy indeciso voto en blanco” o bien “he venido a meter el papelito en la urna, es lo que cuenta, no?” o bien “he venido a votar porque si no voto me siento culpable”, etc. En definitiva, tantas opciones, que no significa nada. Si al menos se pudiera escribir el motivo en las papeletas… pero si escribes, es voto nulo.

10. No voy a votar, ni siquiera en blanco, porque aunque no pueda decir “¡No estoy de acuerdo con este sistema!” al menos el hecho de no votar da cuenta de un desinterés por la política. Aunque uno pueda no votar por muchos motivos distintos significa algo, significa que el trabajo que hacen los políticos (o la forma en que lo hacen) no es tan importante para mí como para tomarme la molestia de ir a votar, ni de hacerlo por correo siquiera en caso de que hubiera fuerzas mayores que me impidieran ir al colegio electoral. El problema de esto es que, para las valoraciones, se fijan básicamente en quienes sí han votado (en los que siguen el juego porque están de acuerdo o conformes con eso). Lo que yo me pregunto es qué harían si el grueso de la población decidiese no ir a votar, si fuese una opción significativa que no pudiesen obviar. ¿Se lo tomarían en serio? Creo que sí, y quiero contribuir a eso. Así que no ir a votar también es votar, es estar diciendo algo.

Y ya está. Si alguien tiene algo que decir que hable ahora o calle para siempre.




viernes, 12 de noviembre de 2010

sábado, 6 de noviembre de 2010

jueves, 4 de noviembre de 2010

Pero aún no me arrepiento.

En buena hora hice yo el pacto conmigo mismo de no rendirme nunca en mi propósito de cambiar el mundo. Ahora no hay quien me quite esa idea de la cabeza, y lo que es peor, del corazón.

viernes, 23 de julio de 2010

Lletra d'una cançó inexistent

When the world is changing all around you
no way to walk, nothing to do
You'll have to find someone to talk to, my friend.

And if this someone's made of flesh and bones
you must be happy, you're a lucky boy
'cause you don't need to invent one god or spirit above.

So, take that train, at least you're not dead
ride the rough steel until Heaven or Hell
and sing those songs that made you become a man.


(etcetering)

martes, 22 de junio de 2010

Pero tú no me dejas.

Yo quiero amarte, pero tú no me dejas.
Sé que mi forma de amar es peculiar, o quizás no. Yo no te amo a ti, como tú eres. Yo amo lo que podrías llegar a ser, ¿no es bonito? Eso es porque miro dentro de ti, llevo mi mirada a tu alma, a tu esencia, a tu potencia. Y cuando hablo mis palabras quieren elevarte, hacerte fuerte, hacerte bella, hacerte eterna. Quiero besarte sin tocarte, que tu sangre hierva y tu consciencia explote al oírme hablar de ti.

Pasarán los días y la Tierra seguirá rotando, el Sol se enfriará, morirán los hombres y se apagarán los astros. Pero, ¿qué nos importa eso ahora, si el tiempo es nuestro y también nuestra es la aurora (esa joven luz que nos mantiene despiertos)? ¿No es suficiente? Mis labios dicen sí. Los tuyos están sellados.

Tan indeterminada eres… pareces un fantasma posado en los alambres del sueño. Muda y quieta. Quieta y muda, pero siempre mirándome desde lo alto como una rapaz nocturna emplumada de encanto, de duda, de magia y dolor. Cambiante voladora, huidora tenaz.

Yo quiero amarte, pero tú no me dejas.
Porque siempre, vida mía, mientras callas te vas.

martes, 25 de mayo de 2010

Com s'expressa això (senyalant un punt indefinit suposadament dins meu)?

Siempre odié

Siempre odié a los quejicas.
Siempre odié a los arrogantes.
Siempre odié a los pesimistas.
A los que hablan sin decir nada.
A los que sólo piensan en sí mismos.
A los aburridos.
A los temerosos.
A los niños de papá y mamá.
A los indecisos.
A los conformistas.
A los que se hacen dependientes por comodidad.
A los que pretenden ser especiales.
A los deshonestos.



...y ahora no sé quitármelos de encima,
o de dentro, para no ser de los últimos.

domingo, 16 de mayo de 2010

Another saturday night

Monsieur Dragonfly està besoffen.

The Great spectacle of the world.

Res especial.

Un sospir.

La nit.

The breath of Gaia.

Manolita's neck.

The sound. El so. Els sons.

Madame.

Ionkasho.

Wishu'reher€.

The future. El futur. Sí, EL FUTURO.

Res real nothing real.

Smoke humo. Cazzo.

Bier cola. Why-sky nit.

But no penseu que tal i qual. Ni és tal ni és qual.

No és nothing.

A pesar de las apariencias, todo tiene un sentido.

Pero quizás no este todo.

O sí.

jueves, 13 de mayo de 2010

Regresión

Cerré los ojos por tres días y se sucedieron las luminarias allí arriba.

El primer día vi el presente con brillante claridad. Surcaban el cielo las nubes, cantaban los pájaros y calentaba el sol las hojas verdes del avellano, el olivo y sus amigos. El jardín bullía de vida y sin embargo parecía tan muerto por exceso de presente. Pasó volando una sombra.

El segundo día vi el futuro. En confortable horizontalidad el falso cielo oscuro se tiñó de un blanco tenue, que fue tomando fuerza en lo que transcurrían los años. Yo tomaba trenes y aviones, quizá también barcos, y seguro que automóviles, y visitaba esos lugares en los que nunca he estado, portando en la mano la antorcha de la felicidad y a los hombros la capa del éxito. Pero pasó volando otra sombra, quizá la misma, y el falso cielo volvió a quedar oscuro.

El tercer día no quise ver más. Tuve miedo de la sombra. Pero las historias que comienzan deben terminar por ley natural, y para terminar esta debía ver el pasado. Sin darme cuenta, me encontré de pleno sumergido en la cálida tierra, donde un rizoma dividido en secciones contaba la historia de mi vida, y sorbía por innumerables raíces los jugos de mis pequeños logros y mis grandes amores. Todo cobró sentido al ver que el rizoma terminaba a mis pies, y no se había cercenado en algún punto indefinido como yo pensaba.


Rizomas y raíces del pasado: bebed del mundo y del amor.
Tallos, troncos, hojas y ramas del presente: limpiad el aire y embelleced las almas.
Flores y frutos del futuro: creced como si no hubiera mañana.


De nuevo cierro los ojos
para dejar de ver el tiempo.

lunes, 26 de abril de 2010

Manduca de gamusino II

Dicen que existe un lugar en el que yo no existo.
¿Puedo ir allí?

martes, 13 de abril de 2010

Deriva

Sr.Libelula: N, per què ja no les sé fer aquestes coses?

N: no ho sé, jo he perdut molt
abans voliem fer més coses
però és que jo he perdut fe amb la gent també

Sr.Libelula: jo no sé si això és fer-se gran, o és tornar-se imbècil
tinc un dubte immens amb això

N: potser és causal

Sr.Libelula: perquè no vull dur una vida de merda, sosa, com la majoria... però tampoc vull ser peter pan
què s'ha de fer en aquests casos, tu que vas per psicòloga?
es que jo faria coses així més aviat "rares", però em fa por fer-les sol, perquè si m'equivoco, més sol em quedaria encara i me fa cagar de por això

N: fa cagar en general

Sr.Libelula: però mira, jo estic convençut que cadascú pot portar la vida que escolleixi, però que igual que em passa a mi, fa por. El que passa, crec jo, es que ens falta confiança en nosaltres mateixos, perquè per la educació o pel que sigui, hem après a dependre de moltes coses i idees que ens fan més mal que bé. A mi em passa, fa mania i en general tendeixo a maquillar-ho amb vanitat, però és la puta veritat.
sol que una persona em seguís el joc... bueno, que juguéssim junts a viure, jo seria capaç de qualsevol cosa extravagant i divertida. Però ningú té valor d'implicar-se, ni jo de fer-ho sol, i cada cop costa més demanar-li coses així a la gent de la meva edat que conec, perquè cadascú fa la seva.
ay que bonito
presioso

N: jajaj doncs si que es molt maco
i jo també crec que cadascú pot portar la vida que escolleix, de fet n'hi han molts exemples, i també penso que ho pots fer sol si t'ho proposes l'únic que has de fer es tenir les coses molt clares i ganes d'aconseguir-ho

Sr.Libelula: sí això és cert, però com dius, si tens les coses clares, ja tens una seguretat en alguna cosa. Però si no (i jo obviament no les tinc clares) has de buscar la seguretat en un altre lloc. He intentat trobar-la en mi mateix però no ho acabo d'aconseguir. Em falta que algú o alguna cosa fora de mi aprobi el que penso per trobar alguna seguretat. Ja sé que és una mica trist, però és així.
en aquesta línia, sempre m'he imaginat vivint amb una mena de familia formada per amics. òbviament només puc pensar en amics que ja conec... però el que deia, que cadascú fa la seva, i jo sento que m'he perdut pel camí.

N: no és que t'hagis perdut pel camí però la gent no pot/no vol viure a la deriva i cadascú s'ha d'agafar a alguna cosa, cadascú fa la seva perquè s'han agafat a aquestes coses, per por a quedar-se sense rumb, i tu potser no tens tanta por a aquesta manera de viure, almenys per ara, i potser et dóna la sensació que cadascú té els seus assumptes i està tothom ocupat, però és el tros de fusta on s'agafen per no esfonsar-se, perquè clarament és com la societat ens ha criat, i et pots desfer d'això però ho portes dintre de sempre i és més còmode anar fent així

Sr.Libelula: potser es simplement qüestió de que mai he viscut la meva adolescència, lo típic d'un grup d'amics que van junts a tot arreu. Mai m'ha passat això. El pis i els dos cops que vaig estar a San Sebastian han sigut el més pròxim a això, potser sí que m'he quedat encallat en alguna etapa. Però de tota manera... no veig perquè s'ha de tenir por a anar a la deriva. Tothom va a la deriva, la humanitat sencera va a la deriva encara que vulgui fer veure que no. Però si hi vas amb la gent que estimes, qué més dóna on et porti la marea?
ai que bonic, haurem de guardar aquesta conversa eh

N: jejeje
sii

lunes, 12 de abril de 2010

Nota de 12 de abril de 2010 – DIAPASONES EXÓTICOS

Nadie a día de hoy conoce a los inventores de estos extraños artilugios, porque pertenecen a una civilización y una técnica que nos son totalmente desconocidas. Estos chismes raros, a los que se les ha bautizado como diapasones exóticos, tienen la propiedad de los diapasones corrientes de emitir un sonido al ser golpeados o de algún modo “activados”. Sin embargo, su forma no es exactamente la simple U de un diapasón corriente, sino que presentan multitud de formas, estructuras y mecanismos que los hacen difícilmente descriptibles de forma genérica. El sonido que emiten es, también, único por cada forma, y en la mayoría de los casos no se limita a una nota estática, sino a una nota vibrante, chirriante, que se transforma en el tiempo, según la forma y el material del diapasón (que a parte de metal puede incluir madera o plástico, entre otros). Su tamaño es variable, pero todos pueden sostenerse con una mano para ser “activados” con la otra. Uno de estos chismes que pude observar, era realmente parecido a un diapasón corriente, con esa forma de U o de Y, con la diferencia de que no era de sección circular, sino cuadrada, mucho más gruesa, y las dos barras que forman la U se retorcían en espiral (cada una sobre sí misma, no entre ellas). Podría bien haber sido una reproducción a pequeña escala de un elemento inédito del “peine de los vientos” de Chillida. Éste en concreto, había que golpearlo para poder oír un sonido agudo, suave y de ondulación lenta. Otro de ellos, podría describirlo como una placa cuadrada de latón, parecido a uno de esos pequeños monederos plegables de cuero. Estaba recubierto de algún plástico muy fino, sin embargo, se intuía en su interior un sutil mecanismo metálico, que terminaba con dos “pestañas” triangulares de latón que sí eran visibles. Al mover una de esas pestañas, la otra se levantaba también, y era al soltarlas cuando un sonido entre metálico y electrónico se desprendía del pequeño cuadradito.

No hay evidencias científicas por el momento, pero se intuye que los sonidos que producen estos diapasones exóticos no son al azar, sino que cumplen alguna función específica, ya sea puramente estética o, lo que es más interesante, una función medicinal conseguida por la activación de ciertas zonas del cerebro a través de las ondas sonoras. Pero de momento esto es un misterio, y habrá que esperar a los resultados de próximas investigaciones.

martes, 6 de abril de 2010

cuatro gatos

01. ¿No sería genial que las historias se escribiesen solas? Que uno se pusiese ante el ordenador mirando a la pantalla y sus dedos se moviesen solos, y sólo tuviese que observar y sonreír, viendo cómo el texto crece y crece, se recompone, se reajusta, y se termina de escribir por sí mismo, como con vida propia.

02. Acabo de traducir un trozo de texto en el que se decía que el lenguaje que uno usa le afecta el ánimo, y hasta su forma de ver el mundo y a sí mismo. ¿Eso no es nada nuevo, verdad? No. Es totalmente cierto. És veritat. It's true. C'est vrai. Kamhomakt. Qué aberración, tal imposición del lenguaje. Quizá cada uno debería inventar el suyo propio, para acercarse así más a su verdadero ser (¿verdadero qué?). Y una vez más, ostracismo.

03. Dibuja un mapa del año que entró. Traza tus metas. Traza luego el camino hacia tus metas. Dibújale floripondios. Luego más floripondios. Luego enmárcalo en un marco rococó. Píntalo con acuarelas. Pero no lo olvides en el cajón.

04. ¿Por qué no hablar así siempre? ¿Por qué no pensar así? ¿Por qué no -y esa es la cuestión- actuar así? Ése. ÉSE!

:)

jueves, 18 de marzo de 2010

Manduca de gamusino I

"EL PERRO DE PABLITO"

Pablito tenía un perro. Un clavo no, un perro. Y el perro tenía cola, como todos los perros. Bueno, es cierto que no todos los perros tienen cola, pero el de Pablito sí, sí tenía. Era un perro muy bonito, un Yorkshire. Pero éste era distinto, tenía las patas muy, pero que muy largas, como las de una jirafa, o más, así que los pelos no le llegaban al suelo, como le pasa algunos Yorkshire. El Yorkshire de Pablito se llamaba Cupido, vaya usted a saber por qué. Lo cierto es que no me parece un nombre bonito, por eso nunca llamé así al perro de Pablito. Siempre le llamé Chucho, menos cuando hacía aquello tan gracioso con la cola, entonces lo llamaba Chuchi. Sí, eso es más horrible incluso que Cupido, JAJA!

La cuestión es que Pablito y yo montábamos en su Yorkshire gigante para dar largos paseos por el valle. Con una escalera plegable de madera subíamos hasta su lomo, luego recogíamos la escalera y la llevábamos con nosotros, para poder bajar, claro. Imagine qué incómodo, Pablito, yo, y una escalera apretujados en el pequeño lomo de un Yorkshire. Más de una vez pensé que el perro no aguantaría, que se partiría por la mitad, o que le flaquearían las piernas, o que uno de los dos caería desde las alturas, o que caería la escalera y nos las veríamos para bajar. Pero nada de eso ocurrió nunca, Cupido aguantó. Qué horroroso nombre, Cupido, para un perro.

Pues paseábamos algunas tardes por el valle, pero el valle era más bonito por las mañanas, cuando iba a hacer sol. Esto es porque la niebla cubría el valle, y nosotros, a lomos de Cupido, tan alto, la veíamos por encima, y todo parecía un inmenso mar de niebla, sólo en algunos sitios la copa de algún árbol asomaba a la superficie. Luego, a medida que el sol iba calentando el valle, la niebla se iba disipando, y aparecían por aquí y por allá los robles, los castaños, los chopos, las vacas, el río, el pueblo de Pablito... y era como si todo hubiese surgido mágicamente de la Nada. Más de una vez pensé que realmente bajo la niebla no había nada... ¡porque Cupido nunca tropezó!

Entonces, al bajar, cogíamos la escalera y la atravesábamos en el río, como si fuera un puente. Nos subíamos en ella y desde ahí, les tirábamos piedras a los peces, para practicar la puntería. Claro que primero recogíamos las piedras de la orrilla, donde se quedaba el chucho. Era muy gracioso verlo beber agua desde la orilla. Como no podía arrodillarse, tenía que despatarrarse para tomar el agua con la lengua, como hacen los perros. Luego el pobre las pasaba canutas para volverse a poner derecho. Pablito corría a ayudarle, pero yo lo pasaba en grande viendo desde la escalera cómo el perro de Pablito intentaba ponerse derecho, y a su amo dándole ánimos, porque el perro tenía su orgullo y en esa situación casi no se dejaba tocar. JAJA!

Un día salimos a pasear sobre Cupido por la falda de la montaña y a Pablito le dio por hablarme de cosas de amor, de esas que tanto le gustan. En un momento me dijo algo muy serio. Yo no le vi la cara seria porque yo iba detrás y él no me miraba, pero digo que era una cosa seria por la voz que puso Pablito al hablar. La cosa es que en ese momento el chuchi empezó a mover la cola de aquella manera que a mí me hacía tanta gracia, y empecé a reír sin poder parar, tanto, que casi me caigo. Luego Pablito no dijo nada más y tuvimos que volver a casa sin tirarle piedras a los peces porque aquél día el chuchi estaba muy raro.

Pues vea usted lo que era aquél perro. Era un perro muy especial y Pablito le tenía mucha estima. Cuánto lloró aquél día que murió. Yo fui al entierro. Iba por Pablito y porque yo también le tenía estima al chucho, pero la verdad, más porque me intrigaba cómo iba a ser su tumba. ¡Era larguísima! Yo le pasaba un brazo por encima a Pablito para consolarle pero por dentro me reía un poco de lo larga que era la tumba. Desde los pies, que era donde estábamos, casi no se veía la lápida. Luego fuimos Pablito y yo a dejarle ahí unas flores. Pablito llorando, pero yo... imagínese lo que me reí cuando vi aquél nombre escrito en la piedra: Cupido. ¡Cupido! ¡Qué nombre más horrendo para un perro!


sábado, 13 de marzo de 2010

El Progreso en la Ciudad Viva


Muchas veces he imaginado ciudades en el bosque... No, más concretamente, ciudades hechas de bosque. En esas ciudades no hay parques, no son necesarios, la ciudad misma es un parque. La gente no queda en verse a la entrada de un McNada, sino en "el viejo Roble" o en "la roca de -nombre de algún personaje legendario- ". No hay polución, ni hay ruido excesivo (sólo el necesario para sentirse acompañado), ni tampoco edificios grises y de horrenda rectitud. Todo es orgánico, todo forma parte de algo, todo está vivo en la Ciudad Viva.

Ciudad o monte. Monte o ciudad. Deduzco muy lógicamente que debo estar como una cabra, porque dicen que la cabra tira al monte. Pero reconozco que me gustan las oportunidades urbanas, y también esa centralización que reúne en un espacio reducido una gran cantidad de mundos posibles al alcance de uno.

A día de hoy es imposible encontrar esa unión, lo más cerca que conozco de esa posibilidad son las ecoaldeas, o el regreso a la vida rural en pueblos remotos. Pero ¿es posible en un futuro? No es una idea absurda, al contrario, creo que necesaria. De hecho, creo que ya impera tanto esa necesidad que, aunque seguimos con viejos esquemas, la mirada se vuelve de nuevo hacia "lo natural" en un intento casi desesperado. Esto ya hace mucho que sucede, pero, ¡¿por qué no avanzamos más rápido!? La respuesta debe ser la misma de siempre, así que no la diré...

El árbol es madera, pero madera viva, madera que crece y que da frutos, que después podemos comer. Nuestros muebles son de madera, y algunas casas también, muy finos y relucientes, pero muertos al fin y al cabo. Me imagino cómo debería ser levantarse por la mañana y comerse una manzana recogida de la mesa del comedor. ¡Mhhhh...!

Hay un largo trecho entre la fantasía y la realidad, pero no es insalvable. Tenemos tecnología y conocimiento suficiente para empezar ese proceso, y la estamos gastando en falsas e inútiles necesidades, que lo único que producen son cosas muertas y estériles que se acumulan en los vertederos. Al final nuestro medio ambiente será eso, un gran vertedero. No es que no haya vida en los vertederos, las bacterias adoran la putrefacción, y las cucarachas y las ratas, y algunas gaviotas, etc. Podemos legar nuestro mundo a esos animalitos, ¿por qué no? Tienen el mismo derecho que nosotros.

Casas-planta. Me encanta imaginar casas-planta. Su energía proviene del agua y del sol y del aire. Los desechos que produce son transformados en más energía, tanto para sí misma como para las casas y los habitantes de su alrededor. Además son tan bellas, tan orgánicas, tan sensuales con esas curvas, que una ciudad de casas-planta sólo puede producir placer a la vista. Y no sólo casas-planta, sino también hogares-planta, que son lo mismo, pero incluyendo a sus moradores y sus actividades y productos en ese sistema vivo.

Leído esto, a nadie le extrañará que en mi deambular imaginario haya pensado en dedicarme a la arquitectura, o la biotecnología, o la bioarquitectura, o la literatura. Lo malo de la última es que lo único que puedes palpar/oler/saborear es papel y tinta zombies (muertas y vivas a la vez), y con internet ya ni eso.


miércoles, 10 de marzo de 2010

La otra cara de la libélula

Las cosas no son blancas o negras, eso ya lo sabemos, o creemos saberlo.

Las libélulas no son la excepción. Siempre fueron seres portadores de magia, azuzadoras de una emoción brillante, ligera, pura, infantil. Siempre fueron asociadas con la libertad regeneradora del verano, con la música cristalina de los ríos, con la calidez esponjosa de la hierba sobre la que nos tumbábamos al sol. Su vuelo era desenfadado, liviano, como lo eran por entonces nuestras almas. Pero nuestras almas han cambiado.

Siempre observé que había algo de diabólico en las libélulas, algo de malvado, como un secreto que trataban de guardar. O en realidad no. No lo guardaban, no lo escondían, era yo. Yo decidí no verlo, decidí no conocer la otra cara de la libélula, por miedo a que el mito se derrumbase. En cierto momento, cerré tan fuerte los ojos, que al abrirlos las libélulas se habían ido, probablemente cansadas y aburridas de bailar para alguien que no seguía todo su ritmo, que se dejaba compases, que omitía las notas graves, los tonos desafinados y las estridencias. Fue justo que lo hicieran.

Las libélulas matan para sobrevivir. Comen, por ejemplo, indefensas larvas de mosquito. Su vuelo parece inocente, pero puede hacer perder el equilibro al incauto, y eso ellas lo saben, y lo practican, a veces incluso por diversión. Los brillos y flashes que generan en su vuelo distraen, pueden provocar epilepsia, y en ocasiones concretas la pérdida de la cordura. Son engañosas, volubles, vengativas. Cuando la ira o el miedo las concierne a todas, se unen en un torbellino letal. Y al final mueren, como todos, mueren y sus cuerpos se desintegran sin más para formar parte de otra cosa.

Las libélulas son lo que son, ora esto ora lo otro, y hacen lo que saben hacer. No es justo recriminarles nada por eso, al contrario, se puede aprender mucho de ellas si se las observa en todos sus aspectos, sin apartar la vista.

Nada ni nadie en este mundo se libra de la "otra cara", salvo, quizá, los personajes que nos inventamos. Pero estos están cercenados, incompletos, y con el pequeño defecto de no estar vivos.

lunes, 8 de marzo de 2010

Canción de la nieve de marzo o el vals del silencio.




Ver caer los copos helados del cielo gris es siempre una especie de milagro para el que se ha criado en un clima templado. Como un niño contempla uno las sombras minúsculas y oscuras que visten la niebla alta de topos danzarines. Topos que caen, caen, lentamente, sin prisa por llegar al suelo, y sólo se descubren blancos en contraste con un fondo oscuro, que desenfocamos adrede con la vista para poder seguir el recorrido de la nieve.

Nieve de Marzo, un insólito paisaje.

Con el televisor encendido en el canal de noticias 24h, se entera uno de las quejas mundanas hacia el fenómeno: carretera cortada, árbol caído, gente no duerme en casa...

Con la ventana encendida en el canal de noticas 24h, la nieve sigue cayendo. Empieza a acumularse en los tejados, las barandas, las ramas de los árboles. En los campos, en los coches, en las aceras. Parece que el mundo se viste hoy de blanco, no marfil, ni beige, ni ese gris sucio de algunas fachadas, sino blanco, un blanco frío y esponjoso.

La nieve sigue y sigue cayendo, impasible, paciente. Uno puede estar loco o estar en lo cierto si al prestar atención a la trayectoria que marcan los copos al caer descubre que bailan un vals, el Vals del Silencio. No es un silencio poético, no es un silencio con ausencia total de sonido, no es un silencio del alma. O a lo mejor es todo eso: un silencio del Tiempo, todo queda inmóvil, y sin embargo, la nieve baila un vals.

Un-dos-tres (cambia de dirección)
Un-dos-tres (vuelve a cambiar)
Un-dos-tres...

Y así, poco a poco, de tres en tres, el tiempo va haciéndose cada vez más lento, hasta que al final se para...

y todo se queda en blanco, como una fotografía navideña capturada en un instante que quiere hacerse eterno. Dejemos que crea tal cosa, no fundamos su esperanza antes de tiempo.