martes, 25 de octubre de 2011

Otoño

Aquella mañana el alquimista se levantó por rutina, con un sentimiento al mismo tiempo amargo y dulce. Aceptó, por fin, que todos sus años de búsqueda habían sido infértiles. Al acercarse a su mesa de trabajo, observó en silencio que entre aquellos materiales raros y artilugios humeantes, no había definitivamente rastro alguno del Gran Secreto que tanto había buscado. Descorrió una cortina acartonada que ocultaba una estrecha ventana casi olvidada. La abrió un par de dedos, rompiendo el hermetismo sagrado del laboratorio. Era su venganza. Luego, se dispuso a iniciar su jornada de trabajo sin ninguna pasión.

Apenas había abierto sus cuadernos cuando oyó un ruido. Era el chirrido de unas bisagras oxidadas. Volvió al trabajo sin darle mayor importancia, pero de nuevo el ruido le interrumpió. Lo intentó una tercera vez, aunque aquella ventana estaba dispuesta a hacerse oír y a pesar de que el alquimista era un hombre terco, cuando empezó aquél gemido rítmico no tuvo más remedio que levantarse e ir hacia allí.

Y frente a aquél cuadrado recortado en la piedra algo cambió. Vio a través de él, a una gran distancia, nubes oscuras rodeadas de una aureola de luz que pasaban a toda velocidad sin percatarse de que alguien las miraba. Quiso preguntarles algo, pero otro alguien se le adelantó. Una ráfaga de viento otoñal irrumpió en la sala por aquella ventana, haciendo que sus hojas golpearan la pared y causando remolinos en aquél interior antes sellado. Desordenó papeles, apagó velas e hizo que algunos frascos de cristal se estrellasen en el suelo. Después todo quedó en calma. Todo excepto el alma del alquimista, que estaba eufórica, pues acababa de comprender algo esencial acerca del Universo.

viernes, 3 de junio de 2011

Mi vida en una frase.

"Tengo la idea de tener la idea de pensar en la idea de un mundo de una idea de otra idea".
Extraído de Letters From Siamsa

martes, 15 de febrero de 2011

Mal amor

Hay un amor que no es sano, que no es bueno. Puede parecerlo al principio, y puede parecerlo mucho, mucho después del principio. Pero al final uno termina sabiéndolo, que no, que no es bueno. Por eso algunos han preferido no llamarle amor.

En este amor (o no) del que hablo, uno lo da todo. Y todo es todo: cada pensamiento, cada ilusión, cada inspiración y exhalación, cada acto, cada paso... están dirigidos a la persona amada. No sé si en algún momento esto puede ser bueno cuando la persona amada existe, y responde a nuestros deseos... eso no lo sé. Pero cuando no existe, cuando sólo es una idea, un producto de la imaginación (eso sólo se sabe después), el resultado puede ser catastrófico. Descubrir, después de mucho tiempo, que regalaste sin miramientos todo lo que tenía valor en tu vida a un fantasma, es difícil. Es difícil porque fue una traición. Vendiste todos los bienes preciados que compartías contigo mismo al primero que pasaba, sin consultártelo. Y así, la confianza se resiente, y mucho. Y después uno se tira varios años vagando sin rumbo, culpándose, preguntándose qué anda mal, y vacío de todo lo bello que alguna vez tuvo. Y ve cómo eso, lo bello que se tuvo una vez, flota en el aire sin dueño, ya nadie lo quiere, porque ya no pertenece a nadie, y flota lo suficientemente cerca para recordar que fue tuyo, lo suficientemente lejos para saber que no lo será más.

Es posible que haya más formas de traicionarse a uno mismo, pero esa es la que más de cerca conozco. Romper la confianza ya sea con uno mismo o con alguien es muy fácil, recuperarla ya cuesta más, el esfuerzo es al menos el doble que la primera vez. Pero apuesto a que vale la pena.

lunes, 14 de febrero de 2011

Cerebro

Oh Cerebro Todopoderoso, si existes, envíame una señal.

martes, 8 de febrero de 2011

Punto y aparte.

Llevo un tiempo pensando en crear un nuevo blog, y de hecho ya lo he creado, pero hay algo que me devuelve siempre a éste. He pensado que quizá, simplemente, tenga que hacer un punto y aparte.

Ayer cambié el diseño y hoy llevo todo el día con ganas de escribir un post que signifique ese punto y aparte. He estado escribiendo una especie de post-puente en una hoja de Word, intentando explicar lo que me ha estado pasando estos tres últimos años, para justificar lo que creo que será este blog de ahora en adelante. Pero al releerlo me ha parecido inadecuado, insuficiente y un poco ridículo, así que he decidido no publicar ese otro escrito sino éste.

Supongo que a veces hay que ir al grano, que lo más sencillo y directo es lo más efectivo.
Así que...

PUNTO Y APARTE










































Y el resto ya se irá viendo.