domingo, 8 de noviembre de 2009

Canción del viento furioso o el rastro de la melancolía.





Desde anoche y hasta ahora el viento no ha cesado ahí fuera. El Viento, el mismo que ruge, que silba, que canta y aúlla. Su música no es dócil ni melódica como la de la lluvia, sino visceral, rotunda.

Todo el espectáculo llega amortiguado por el cristal de la ventana, ¡y menos mal! Llega por un lado del valle como una procesión de almas airadas, que arrasan sin piedad en un grito grave, unívoco y terriblemente veloz. Tal grito no cesa, se mantiene en un acorde sostenido por alguna furia remota. Pero no todo es solamente ira y rabia. Algunas almas se han desprendido de la procesión para hacer sonar sus propios instrumentos: el chirrido del hierro torciéndose se lamenta y pide perdón por el horror que se avecina, la cerámica que rueda por un suelo al parecer hueco, y tras un breve silencio, estalla. El bufido tubular de una cañería oxidada, el vibrar nervioso de un alambre tenso, el latigazo rítmico de una cuerda suelta, el aporreo insistente de una madera, ... ¡un sobrecogedor portazo!

Todo eso parece ocurrir fuera, y dentro, en la casa, que es caja resonante de esos y otros sonidos misteriosos, desconocidos, todo parece estar en calma. Es desde esa calma que veo a los árboles bailar una danza que no sigue el compás terrible del vendaval. Las cuerdas blancas y perfectamente paralelas del tendedero se mueven, como pinzadas por dedos invisibles, emitiendo los inaudibles sonidos de un arpa milenaria, entonando una canción que ya conozco. Es el rastro de la melancolía, los restos humeantes de una guerra, la esperanza que nace de un corazón hecho trizas, el resurgir del fénix de entre las cenizas y su canto enérgico a la vida.

De nuevo ni el Otoño ni el Viento han podido prever los resultados de su obra. Los armónicos inesperados de su siniestra sinfonía les han vencido. Y yo, sinceramente, esta vez les doy las gracias.

viernes, 16 de octubre de 2009

Domingo en jueves, primavera en otoño.

Es difícil describir una sensación con palabras, es parecido a describir el color. Y todavía se hace más difícil porque has de estar concentrado en lo que escribes y en las palabras que usas, de manera que la sensación o el sentimiento queda relegado a un segundo plano y cuesta más de observar y por tanto, de describirlo en tiempo real. Aún así lo intentaré.

Hace sol, ni una nube, y de vez en cuando sopla una brisa o una ráfaga de viento fresco. Aunque hay casas, fábricas y carreteras, también veo un cercano horizonte de bosque y campos verdes. El calendario marca octubre, pero la sensación es que estamos al final de la primavera, esperando al verano. Parece como si fuera el final de un periodo de rutina, como si tal periodo hubiese ya terminado, tuviera por delante, o más bien justo bajo mis pies y agarrado con las manos un tiempo de descanso total, para empezar después una aventura, o algo nuevo, interesante. Por otro lado, al mirar el paisaje, tengo la sensación de que todo está en el lugar que le corresponde, y todo lo que veo está unido. Pienso en la luz del sol que baña los campos y las casas, eso los une, nos une, porque también a mi me llega esa luz. Cuando una ráfaga de viento me refresca la cara, hace ondear a la vez mi pelo, mi ropa, la colada recién tendida, las hojas de los árboles, una gran grúa de la construcción cercana, y algunos pequeños remolinos de arena y hojas. Hoy es jueves, pero el olor del suavizante de la ropa, y esa paz, rememoran algunos domingos del pasado, cuando te despiertas en la cama lentamente, sin prisas, después de un largo y reconfortante sueño. Parece que ese viento que hace ondear las cosas nos una también, como lo hace la luz del sol, como si fuera la exhalación de un inmenso cuerpo al que todas las cosas que veo pertenecemos. De repente es como si el gran y complicado mundo que no comprendía y del que no me sentía parte, hubiese dejado de existir, o hubiese sido un sueño, y lo único que hay es este paisaje, y yo con él. El viento, trae asimismo a mi mente otra sensación, algo así como una caricia regeneradora, como la voz dulce de una madre tranquilizando a su criatura, que se convierte dentro de mí en una esperanza de algo nuevo, del fin de las preocupaciones y el miedo, y el inicio de un camino distinto, quizás del camino correcto, o al menos de un camino menos abrupto y menos desértico. Esos remolinos y pequeñas ráfagas frescas bajo el sol luminoso y caliente traen de nuevo hacia mí un sentimiento de algo mágico. Un sentimiento o hasta una verdad que yo poseía hace muchos años, que dejé escapar, que perdí sin darme cuenta o puede que incluso, quizás, me robaron. Y ahora que ese sentimiento ha vuelto no sé por cuánto tiempo se quedará. Lo cierto es que no me preocupa, porque he decidido guardarlo, aquí, entre estas líneas, como haciéndole una fotografía para inmortalizarlo. Desde luego no es lo mismo un paisaje que la fotografía de un paisaje, pero al menos la segunda te da una mínima garantía de que no lo olvidarás por completo, de que alguna vez existió, y puedes recurrir a ello en los momentos de melancolía consentida.

Como nota final, alguien acaba de irrumpir en mi burbuja de sentimientos, ahora mismo, hace un minuto, recordándome a la fuerza y contra mi voluntad que hoy no es un soleado domingo de finales de primavera, sino un jueves, un vulgar jueves a mitad de mes. Son frágiles y huidizas las sensaciones. Menos mal que me dio tiempo a escribir ésta.



P.D. Que nadie se confunda, el texto de arriba está escrito hoy mismo, viernes 16 de octubre de 2009, pero de eso me acabo de dar cuenta ahora, jaja. Una muestra más de que el tiempo es... bastante relativo. Si cambio todos los "jueves" de arriba por un "viernes" no estaría siendo fiel a la sensación descrita. Además, quizás el hecho de que pensase que era jueves en lugar de viernes tenga importancia, quién sabe.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Hotel Existència

TOM (un llarg silenci; finalment, en veu baixa, com si parlés amb ell mateix): Vull viure d'una altra manera, això és tot. Si no puc canviar el món, al menys puc intentar canviar-me a mi. Però no vull fer-ho sol. Ja ho estic prou, de sol, i tant si és culpa meva com si no, en Nathan té raó. Estic deprimit. Des que l'altre dia vam parlar de l'Aurora, que no he parat de pensar-hi. La trobo a faltar. Trobo a faltar la meva mare. Trobo a faltar tothom que he perdut. A vegades em poso tan trist que no em sé avenir que no em caigui mort del pes que m'esclafa. Preguntes com és el meu Hotel Existència, oi, Harry? Doncs no ho sé, però potser té alguna cosa a veure amb viure amb altra gent, amb fugir d'aquest cau de ciutat i compartir la vida amb gent a qui estimo i respecto.

HARRY: Una comuna.

TOM: No, una comuna no... Una comunitat. És diferent.

HARRY: I on seria aquesta petita utopia teva?

TOM: Suposo que al camp. Un lloc amb molt d'espai i amb prou edificis per acollir tothom que hi volgués viure.

HARRY: De quanta gent estàs parlant?

TOM: No ho sé. Encara no he decidit res. Però vosaltres dos hi estaríeu convidats.



Bogeries de Brooklin
PAUL AUSTER

miércoles, 7 de octubre de 2009

Incompletitud

Teoremas de Incompletitud de Kurt Gödel:

I. En cualquier formalización consistente de las matemáticas que sea lo bastante fuerte para definir el concepto de números naturales, se puede construir una afirmación que ni se puede demostrar ni se puede refutar dentro de ese sistema.

II. Ningún sistema consistente se puede usar para demostrarse a sí mismo.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Us admiro. Com ho aconseguiu?

Viure sense saber per què viviu?

Viure dintre el tren del temps,

Que sempre va endavant,

Deixant-vos de tant en tant

Guaitar el passat per la finestra.

Dieu-me, com ho feu?

Mentre jo sóc a l’andana

Esperant que arribi el meu.

Per què creieu en Déu?

L’heu vist, tal vegada?

I si hi és, per què no em parla?

He ofès mai el seu hereu?

Dieu-m’ho, si ho sabeu; jo no.

Però si ho sabés, us ho ben juro

Per Déu que us ho diria!

I què és això de l’Energia?

Potser fàbula, o ximpleria?

Per uns pagana heretgia,

Per altres símptoma de bogeria.

Jo no ho sé, no,

però ja m’agradaria.

Per què us esforceu en treballar?

Per mantenir-vos amb vida?

I doncs, per què viviu?

Per gaudir del dia a dia?

I quin gaudi se’n pot treure

Si al final no hi ha sortida?

Em complico, prou que ho sé,

I n’hi ha més d’un que m’ho diria,

Però i jo, què hi puc fer,

Si he escollit aquesta via?

Hi ha algú més en aquest tren?

Necessito companyia, al menys

Fins que arribi el dia

Que algú altre en pitgi els frens.

viernes, 31 de julio de 2009


Una sencilla manera de empezar a cambiar el mundo.

sábado, 25 de julio de 2009

El Sueño

Todo lo que ves, todo lo que sientes,
todo el tacto de tus manos y el sonido
son producto de tu mente
que vislumbra el discurrir del tiempo
en recta y firme progresión aparente,
pero notas algo extraño que sucede:

El tiempo se rompe a veces;
tus verdades, el paisaje, y las voces de la gente
se cubren de brumosa incertidumbre
y a tu mente se la lleva el viento
lejos del mundo del hombre.

No sufras, amigo, yo te digo:
pues un día encontrarás que todo eso
no es más que el sueño eterno
de un dragón dormido.

Libre eres de soñar
y de vivir también eres libre,
como el dragón universal.

Cuenta de cinco hacia atrás
y en el Uno desaparecerás.

Uno.



viernes, 26 de junio de 2009

Mundos

Siempre has oído en boca de otros que la vida está para disfrutarla, porque es corta, y te horroriza pensar que al final de tus días, cuando rememores tu vida, sientas que no la has aprovechado lo suficiente. Las muertes que te ha tocado vivir más de cerca dan cuenta de que tal cosa es cierta, pues fueron, a tu parecer, personas que no disfrutaron de la vida, al menos el mayor tiempo de ella. La mayoría de esas muertes fueron injustas, piensas, y lo peor es que también sus vidas lo fueron. Reflexionas. Tú eres joven y tu salud es buena, no pasas hambre, tienes un techo bajo el que podrás vivir hasta que lo desees, y tu posición social te permite algunas cosas, no tantas como quisieras, pero muchas más de las que otros pueden esperar. Reflexionas. Quieres aprovechar tu vida.


Siempre has oído en boca de otros: "¡bendita juventud!", refiriéndose a que son los mejores años de la vida de uno, años en que la ilusión, la fuerza y la sensualidad te corren por las venas, años que recordarás con añoranza cuando todo eso se haya difuminado en un mar de responsabilidades y miedos llamado "edad adulta". Piensas, entonces, que debes aprovechar la juventud.


Siempre has oído en boca de otros que el mundo va de mal en peor, pues aún hay guerras, injusticias impensables, estamos destruyendo el planeta, nos criticamos, nos dañamos unos a otros, nos hacemos sufrir y todo por algo que no se sabe muy bien qué es. No lo entiendes porque se supone que la vida está para disfrutarla. Ese, desde luego, no te parece un mundo en el que se pueda disfrutar y piensas, entonces, que debes cambiar el mundo.


Siempre has oído en boca de otros que ser culto te hace más sabio y respetable, así que debes estudiar si quieres ser alguien en la vida, si quieres que tus palabras se tengan en cuenta cuando te dispongas a cambiar el mundo. Está claro, piensas, debes seguir estudiando.


Al final de la infancia, eso que llaman adolescencia, cuando no tienes experiencias y por tanto, poca capacidad de crítica y decisión, te ves empujado por los consejos de los adultos. Como crees que nunca se te dieron bien las ciencias ni los números, optas por estudiar algo que te permita comunicarte con el mundo, por ejemplo el cine, para poder cambiarlo. Pero pronto descubres que has entrado en un "pequeño mundo", donde impera la feroz competencia y el renombre a cualquier precio. Poco a poco quienes crees que están fuera de ése juego hipócrita van saliendo del pequeño mundo, y cada vez te sientes más solo. Aún quedan algunos, piensas para tranquilizarte. Pero la tranquilidad se acaba cuando ves que algunos de los profesionales del cine que no te parecen hipócritas, critican ese mundo como el que más, y se quejan, pero siempre terminan con "qué se le va a hacer, es así de duro". Te horrorizas: ¿no está la vida para disfrutarla? Finalmente, viéndote fuera de lugar, y no sin dificultad, te marchas.


Un día, alguien te hace ver de forma casi humillante que no todo lo que está escrito es cierto. Los adultos, de quienes siempre has tomado en cuenta sus consejos, también se equivocan. Eso ya lo sabías, pero te enfadas contigo mismo por no haberlo pensado antes, por ser tan confiado. Empiezas a ser crítico, muy crítico. Con todo, con todos. Pero a pesar de que ves claro que lo que has oído en boca de otros no es del todo cierto, no tienes recursos para crear tu propia opinión, pues acabas de salir de la adolescencia y justo empiezas el periodo de juventud, sin apenas experiencias. Ves claramente que debes empezar a buscar por ti mismo, sin embargo no puedes dejar de estudiar, porque si lo haces, nadie tendrá en cuenta tu opinión por sabia que sea.


No es extraño entonces que decidas estudiar algo como, por ejemplo, filosofía, aunque ahora tu visión es más clara: no serás tan confiado, criticarás todo lo que te digan antes de aceptarlo como verdadero. Cuando descubras algunas verdades, podrás comunicarlas al mundo por escrito, además, piensas, a los filósofos siempre se les ha tenido muy en cuenta. Pero de golpe te encuentras en otro "pequeño mundo", un mundo de personas muy dispares, por un lado, las quedefienden sus verdades a toda costa, con todo tipo de argumentos "racionales", por otro lado, quienes creen lo que les gusta creer sin importarles si es o no cierto, y por otro, quienes están ahí por hacer algo, o porque es bonito. Ves que eso no es una cosa de ahora, sino que ha sido muy parecido a lo largo de la historia. Tú ahora eres crítico, así que quieres entender a la perfección las cosas que te dicen antes de aceptarlas, pero no te dan el tiempo ni los recursos suficientes. Los exámenes se acercan y para superarlos tendrás que hacer ver que has sido capaz de entender perfectamente el mundo de todos los filósofos que te han hecho estudiar. No hay otro remedio, tienes que memorizar palabras vacías de sentido y vomitarlas después. Entiendes entonces por qué se considera que la filosofía está de capa caída. Te niegas a hacer lo que se supone que deberías hacer y, no sin dificultad, te despides de ese pequeño mundo.


Al estar ahora sin nada obligatorio que hacer, reflexionas. El pequeño mundo del cine y el pequeño mundo de la filosofía que conociste, tenían mucho en común. Ambos se ubicaban en el ámbito del estudio universitario de tu país. Piensas en si podrían ser distintos en otros países. Seguramente, aunque deberías comprobarlo por ti mismo para aceptarlo como verdad. Reflexionas más. Durante todo este tiempo, desde el principio, has estado en muchos pequeños mundos. El de la escuela y el instituto, el de tu familia, el de la escuela de música y sus conciertos, el de un pequeño grupo de teatro local, el de unos creyentes de paganismo moderno, el de tus amigos fiesteros y modernos, el de tus amigos filósofos, el de tus amigos mayores que tú, el de tu piso en Barcelona, el del trabajo como jardinero en un campo de golf, el del trabajo de mantenimiento en un albergue, el de los festivales de cine... Desde luego, con todos estos pequeños mundos en los que has vivido, no te cuesta imaginar la infinidad de otros más allá de tu experiencia. Es cierto que con ello se difumina un poco tu ímpetu por cambiar el mundo, porque ahora no estás seguro de que exista uno sólo.

Pero sigues oyendo por todas partes, en boca de otra gente, que el mundo continúa yendo de mal en peor. Sólo tienes que encender el televisor, te dirían. Aunque la verdad es que ya no te crees nada.


Fuiste crítico con todos y eso te hizo tomar más confianza en ti mismo hasta el punto de creerte mejor, eso te permitió tomar tus propias decisiones, perder el miedo... pero no fue lo único que perdiste, desgraciadamente. Ahora lo ves. Sin embargo, eso tampoco fue del todo malo porque, y ahí fuiste inteligente, empezaste también a criticarte a ti mismo, pues viste que puedes equivocarte como cualquier otro. Fuiste más allá, y criticaste tu propia crítica, de modo que en muchas cosas, volviste a estar como al principio.

Todo esto te creó una enorme confusión, es cierto. Creíste no saber nada, creíste en la absurdidad de la vida, del universo entero, y por supuesto eso te hizo sentir francamente mal, sin rumbo, solo, pero has sabido sobrepasar todo eso y ahora estás aquí, sigues aquí. Con tu crítica, esa que tan mal te lo hizo pasar, convertiste tu pequeño mundo en uno grande, en el que no existen verdades que resistan a la crítica, de modo que tales verdades pueden ser las que tú quieras, si crees en ellas. Piensas, aun así, que es complicado, pues ya has visto que hay muchos mundos creados a partir de verdades muy distintas. Tan distintas, que llegan a ser contrarias, provocando el conflicto entre tales mundos. Del mismo modo, crees que tu mundo es muy distinto al de otros, al de la mayoría, aunque albergas la esperanza de encontrar a la minoría.

Estás en ello, sigue buscando, piensas.
Todo vuelve, así que ten paciencia, piensas.
Adáptate a otros mundos, piensas.
Aprende de otros mundos, piensas.
Aprovecha la juventud, piensas.
Aprovecha tu vida, piensas.
Siente tu vida, piensas.

Y ahora, deja de pensar por un tiempo, y descubrirás otro mundo muy distinto.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Salmón y pirañas

Borrador del 04/02/09

Mis "he sido" siempre vuelven cuando el "soy" se debilita, como pirañas al acecho de un salmón que se desangra en la difícil ascensión de este río helado. De las mordeduras en la carne emana una sangre tan cálida que al salmón le cuesta resistirse a su tacto, y por eso se deja morder. Pero el terco y autosuficiente salmón tendrá que ir con cuidado, pues si pierde más sangre lo único que quedará de él son las espinas.

En realidad, no sé si pirañas y salmones pueden convivir.

domingo, 25 de enero de 2009

Que sea así no significa que así deba ser.

Borrador del 25/01/09

Por motivos que no sabría enumerar, odio a esta sociedad y maldigo todas sus normas,

y sin embargo, aún tengo fe en las personas que la forman. Pero ¿existe eso a lo que llaman sociedad o es un ente ilusorio? ¿No es la historia de las sociedades lo que enseñan en las escuelas? Vagas generalizaciones que aniquilan la personalidad individual es lo que son, y siendo cada hombre, mujer y niño, cada animal, planta y roca, cada fragmento de materia, un punto único e irrepetible en el Universo, nos encargamos de encerrar en paquetes blindados e incoherentes las parcelas de realidad, de despreciar sabidurías que aportarían información valiosa si fuesen tomadas en cuenta, de corromper y contaminar nuestros instrumentos del pensar y del ver con reproducciones viejas y gastadas, pero maquilladas de novedad, dando una sensación de progreso. ¡Me río yo del progreso! Hay progreso cuando se avanza hacia un fin concreto, pero ¿cuál es ese fin ahora? Lo desconocido, lo incierto, la nada, la autodestrucción.


Me gustaría poder echar la culpa de esto a la política, o a las religiones, a la ciencia, o a las grandes corporaciones que manejan "el cotarro" con sus papeles supravalorados, pero esas entidades y muchísimas otras están formadas por personas, ¡personas, por Dios, como tú y como yo! Personas que han perdido su punto de vista único e irrepetible, su humanidad, para ceder su vida a unos valores y principios que están por encima de ellos, y que les protegen con una ley ilusoria e injusta muchas veces para "los otros". Y dicha ley es puesta allí en lo alto como algo sacrosanto e inquebrantable, algo eternamente verdadero, sin entender que sólo se mantiene ahí porque ellos la están aguantando con sus brazos, ya que de otra manera caería, se resquebrejaría, se partiría en pedazos hasta desaparecer. No existe la culpa, por tanto, sino que, a mi parecer, es solamente una gran demostración de estupidez e insensatez. Aunque sí haya, quizá, desalmados que apliquen su ley aún sabiendo que no es buena para otros, y para ellos desearía que hubiese infierno.


A partir de ahora me opondré radicalmente a las posturas radicales que intenten coartar a otras

miércoles, 7 de enero de 2009

Palabras de duende

Mi enigmático amigo Duir me dijo algo muy extraño anoche:


"Lo fundamental para encontrar una aguja en un pajar no es tener buena vista, o ser metódico, o tener suerte, o tener fe en encontrarla. Lo fundamental, amigo mío, es saber qué es una aguja."

viernes, 2 de enero de 2009

Horror

Oh Dios mío,
acabo de dar con la solución a todos los problemas existenciales.
Esto es peor aún que lo del espejo, porque sólo he tomado cocacola.