Es difícil describir una sensación con palabras, es parecido a describir el color. Y todavía se hace más difícil porque has de estar concentrado en lo que escribes y en las palabras que usas, de manera que la sensación o el sentimiento queda relegado a un segundo plano y cuesta más de observar y por tanto, de describirlo en tiempo real. Aún así lo intentaré.
Hace sol, ni una nube, y de vez en cuando sopla una brisa o una ráfaga de viento fresco. Aunque hay casas, fábricas y carreteras, también veo un cercano horizonte de bosque y campos verdes. El calendario marca octubre, pero la sensación es que estamos al final de la primavera, esperando al verano. Parece como si fuera el final de un periodo de rutina, como si tal periodo hubiese ya terminado, tuviera por delante, o más bien justo bajo mis pies y agarrado con las manos un tiempo de descanso total, para empezar después una aventura, o algo nuevo, interesante. Por otro lado, al mirar el paisaje, tengo la sensación de que todo está en el lugar que le corresponde, y todo lo que veo está unido. Pienso en la luz del sol que baña los campos y las casas, eso los une, nos une, porque también a mi me llega esa luz. Cuando una ráfaga de viento me refresca la cara, hace ondear a la vez mi pelo, mi ropa, la colada recién tendida, las hojas de los árboles, una gran grúa de la construcción cercana, y algunos pequeños remolinos de arena y hojas. Hoy es jueves, pero el olor del suavizante de la ropa, y esa paz, rememoran algunos domingos del pasado, cuando te despiertas en la cama lentamente, sin prisas, después de un largo y reconfortante sueño. Parece que ese viento que hace ondear las cosas nos una también, como lo hace la luz del sol, como si fuera la exhalación de un inmenso cuerpo al que todas las cosas que veo pertenecemos. De repente es como si el gran y complicado mundo que no comprendía y del que no me sentía parte, hubiese dejado de existir, o hubiese sido un sueño, y lo único que hay es este paisaje, y yo con él. El viento, trae asimismo a mi mente otra sensación, algo así como una caricia regeneradora, como la voz dulce de una madre tranquilizando a su criatura, que se convierte dentro de mí en una esperanza de algo nuevo, del fin de las preocupaciones y el miedo, y el inicio de un camino distinto, quizás del camino correcto, o al menos de un camino menos abrupto y menos desértico. Esos remolinos y pequeñas ráfagas frescas bajo el sol luminoso y caliente traen de nuevo hacia mí un sentimiento de algo mágico. Un sentimiento o hasta una verdad que yo poseía hace muchos años, que dejé escapar, que perdí sin darme cuenta o puede que incluso, quizás, me robaron. Y ahora que ese sentimiento ha vuelto no sé por cuánto tiempo se quedará. Lo cierto es que no me preocupa, porque he decidido guardarlo, aquí, entre estas líneas, como haciéndole una fotografía para inmortalizarlo. Desde luego no es lo mismo un paisaje que la fotografía de un paisaje, pero al menos la segunda te da una mínima garantía de que no lo olvidarás por completo, de que alguna vez existió, y puedes recurrir a ello en los momentos de melancolía consentida.
Como nota final, alguien acaba de irrumpir en mi burbuja de sentimientos, ahora mismo, hace un minuto, recordándome a la fuerza y contra mi voluntad que hoy no es un soleado domingo de finales de primavera, sino un jueves, un vulgar jueves a mitad de mes. Son frágiles y huidizas las sensaciones. Menos mal que me dio tiempo a escribir ésta.
P.D. Que nadie se confunda, el texto de arriba está escrito hoy mismo, viernes 16 de octubre de 2009, pero de eso me acabo de dar cuenta ahora, jaja. Una muestra más de que el tiempo es... bastante relativo. Si cambio todos los "jueves" de arriba por un "viernes" no estaría siendo fiel a la sensación descrita. Además, quizás el hecho de que pensase que era jueves en lugar de viernes tenga importancia, quién sabe.
1 comentario:
És genial sentir-se així, per poc que duri, o per molt, les sensacions van i venen, tornen i se'n van... quina sort poder-les conservar :)
http://www.youtube.com/watch?v=wwQPKl9AxNo
(minut 6.37) m'hi has fet pensar...
Què bé sona això de la porta màgica, encara ara em sorprenc de com ha pogut ser. Per cert, la resposta serà sí, la pregunta serà com. Una casualitat més podria fer que fossis del poble de la vora del meu, i increïblement, mai ens haguessim vist jeje
Que consti, però, que encara espero que m'ho demanis...
fins aviat (sí)
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