viernes, 26 de junio de 2009

Mundos

Siempre has oído en boca de otros que la vida está para disfrutarla, porque es corta, y te horroriza pensar que al final de tus días, cuando rememores tu vida, sientas que no la has aprovechado lo suficiente. Las muertes que te ha tocado vivir más de cerca dan cuenta de que tal cosa es cierta, pues fueron, a tu parecer, personas que no disfrutaron de la vida, al menos el mayor tiempo de ella. La mayoría de esas muertes fueron injustas, piensas, y lo peor es que también sus vidas lo fueron. Reflexionas. Tú eres joven y tu salud es buena, no pasas hambre, tienes un techo bajo el que podrás vivir hasta que lo desees, y tu posición social te permite algunas cosas, no tantas como quisieras, pero muchas más de las que otros pueden esperar. Reflexionas. Quieres aprovechar tu vida.


Siempre has oído en boca de otros: "¡bendita juventud!", refiriéndose a que son los mejores años de la vida de uno, años en que la ilusión, la fuerza y la sensualidad te corren por las venas, años que recordarás con añoranza cuando todo eso se haya difuminado en un mar de responsabilidades y miedos llamado "edad adulta". Piensas, entonces, que debes aprovechar la juventud.


Siempre has oído en boca de otros que el mundo va de mal en peor, pues aún hay guerras, injusticias impensables, estamos destruyendo el planeta, nos criticamos, nos dañamos unos a otros, nos hacemos sufrir y todo por algo que no se sabe muy bien qué es. No lo entiendes porque se supone que la vida está para disfrutarla. Ese, desde luego, no te parece un mundo en el que se pueda disfrutar y piensas, entonces, que debes cambiar el mundo.


Siempre has oído en boca de otros que ser culto te hace más sabio y respetable, así que debes estudiar si quieres ser alguien en la vida, si quieres que tus palabras se tengan en cuenta cuando te dispongas a cambiar el mundo. Está claro, piensas, debes seguir estudiando.


Al final de la infancia, eso que llaman adolescencia, cuando no tienes experiencias y por tanto, poca capacidad de crítica y decisión, te ves empujado por los consejos de los adultos. Como crees que nunca se te dieron bien las ciencias ni los números, optas por estudiar algo que te permita comunicarte con el mundo, por ejemplo el cine, para poder cambiarlo. Pero pronto descubres que has entrado en un "pequeño mundo", donde impera la feroz competencia y el renombre a cualquier precio. Poco a poco quienes crees que están fuera de ése juego hipócrita van saliendo del pequeño mundo, y cada vez te sientes más solo. Aún quedan algunos, piensas para tranquilizarte. Pero la tranquilidad se acaba cuando ves que algunos de los profesionales del cine que no te parecen hipócritas, critican ese mundo como el que más, y se quejan, pero siempre terminan con "qué se le va a hacer, es así de duro". Te horrorizas: ¿no está la vida para disfrutarla? Finalmente, viéndote fuera de lugar, y no sin dificultad, te marchas.


Un día, alguien te hace ver de forma casi humillante que no todo lo que está escrito es cierto. Los adultos, de quienes siempre has tomado en cuenta sus consejos, también se equivocan. Eso ya lo sabías, pero te enfadas contigo mismo por no haberlo pensado antes, por ser tan confiado. Empiezas a ser crítico, muy crítico. Con todo, con todos. Pero a pesar de que ves claro que lo que has oído en boca de otros no es del todo cierto, no tienes recursos para crear tu propia opinión, pues acabas de salir de la adolescencia y justo empiezas el periodo de juventud, sin apenas experiencias. Ves claramente que debes empezar a buscar por ti mismo, sin embargo no puedes dejar de estudiar, porque si lo haces, nadie tendrá en cuenta tu opinión por sabia que sea.


No es extraño entonces que decidas estudiar algo como, por ejemplo, filosofía, aunque ahora tu visión es más clara: no serás tan confiado, criticarás todo lo que te digan antes de aceptarlo como verdadero. Cuando descubras algunas verdades, podrás comunicarlas al mundo por escrito, además, piensas, a los filósofos siempre se les ha tenido muy en cuenta. Pero de golpe te encuentras en otro "pequeño mundo", un mundo de personas muy dispares, por un lado, las quedefienden sus verdades a toda costa, con todo tipo de argumentos "racionales", por otro lado, quienes creen lo que les gusta creer sin importarles si es o no cierto, y por otro, quienes están ahí por hacer algo, o porque es bonito. Ves que eso no es una cosa de ahora, sino que ha sido muy parecido a lo largo de la historia. Tú ahora eres crítico, así que quieres entender a la perfección las cosas que te dicen antes de aceptarlas, pero no te dan el tiempo ni los recursos suficientes. Los exámenes se acercan y para superarlos tendrás que hacer ver que has sido capaz de entender perfectamente el mundo de todos los filósofos que te han hecho estudiar. No hay otro remedio, tienes que memorizar palabras vacías de sentido y vomitarlas después. Entiendes entonces por qué se considera que la filosofía está de capa caída. Te niegas a hacer lo que se supone que deberías hacer y, no sin dificultad, te despides de ese pequeño mundo.


Al estar ahora sin nada obligatorio que hacer, reflexionas. El pequeño mundo del cine y el pequeño mundo de la filosofía que conociste, tenían mucho en común. Ambos se ubicaban en el ámbito del estudio universitario de tu país. Piensas en si podrían ser distintos en otros países. Seguramente, aunque deberías comprobarlo por ti mismo para aceptarlo como verdad. Reflexionas más. Durante todo este tiempo, desde el principio, has estado en muchos pequeños mundos. El de la escuela y el instituto, el de tu familia, el de la escuela de música y sus conciertos, el de un pequeño grupo de teatro local, el de unos creyentes de paganismo moderno, el de tus amigos fiesteros y modernos, el de tus amigos filósofos, el de tus amigos mayores que tú, el de tu piso en Barcelona, el del trabajo como jardinero en un campo de golf, el del trabajo de mantenimiento en un albergue, el de los festivales de cine... Desde luego, con todos estos pequeños mundos en los que has vivido, no te cuesta imaginar la infinidad de otros más allá de tu experiencia. Es cierto que con ello se difumina un poco tu ímpetu por cambiar el mundo, porque ahora no estás seguro de que exista uno sólo.

Pero sigues oyendo por todas partes, en boca de otra gente, que el mundo continúa yendo de mal en peor. Sólo tienes que encender el televisor, te dirían. Aunque la verdad es que ya no te crees nada.


Fuiste crítico con todos y eso te hizo tomar más confianza en ti mismo hasta el punto de creerte mejor, eso te permitió tomar tus propias decisiones, perder el miedo... pero no fue lo único que perdiste, desgraciadamente. Ahora lo ves. Sin embargo, eso tampoco fue del todo malo porque, y ahí fuiste inteligente, empezaste también a criticarte a ti mismo, pues viste que puedes equivocarte como cualquier otro. Fuiste más allá, y criticaste tu propia crítica, de modo que en muchas cosas, volviste a estar como al principio.

Todo esto te creó una enorme confusión, es cierto. Creíste no saber nada, creíste en la absurdidad de la vida, del universo entero, y por supuesto eso te hizo sentir francamente mal, sin rumbo, solo, pero has sabido sobrepasar todo eso y ahora estás aquí, sigues aquí. Con tu crítica, esa que tan mal te lo hizo pasar, convertiste tu pequeño mundo en uno grande, en el que no existen verdades que resistan a la crítica, de modo que tales verdades pueden ser las que tú quieras, si crees en ellas. Piensas, aun así, que es complicado, pues ya has visto que hay muchos mundos creados a partir de verdades muy distintas. Tan distintas, que llegan a ser contrarias, provocando el conflicto entre tales mundos. Del mismo modo, crees que tu mundo es muy distinto al de otros, al de la mayoría, aunque albergas la esperanza de encontrar a la minoría.

Estás en ello, sigue buscando, piensas.
Todo vuelve, así que ten paciencia, piensas.
Adáptate a otros mundos, piensas.
Aprende de otros mundos, piensas.
Aprovecha la juventud, piensas.
Aprovecha tu vida, piensas.
Siente tu vida, piensas.

Y ahora, deja de pensar por un tiempo, y descubrirás otro mundo muy distinto.

2 comentarios:

Unknown dijo...

trobaré tant a faltar aquestes coses :___

THornAzul dijo...

Que sorpresa encontrar un blog con tantas imágenes de libélulas, pues era un animal que me perseguía hace años y estube investigandolo por si tenía algun significado oculto, hasta que me encontré con "dragonflay" y el simbolo dragón de los chinos, pero claro, buscando, uno se pierde e igual se equivoca. :)